¡Auxilio! ¿Cómo duermo a mi bebé en el avión?

Hace unos días me tocó viajar a Lima sola con mi hijo. Como vienen las vacaciones y muchos de ustedes seguro saldrán de viaje, aquí les dejo algunos consejos sobre cómo manejé el vuelo para poder disfrutarlo y pasar unas horas libres de estrés:

-Llevé una botella de agua y pasas o algo suave para masticar durante el despegue (mi gordo ya tiene dos años; si tienen un bebé menor, darle leche o agua durante el despegue y aterrizaje es suficiente).

-Llevé libros y algunas actividades para hacer, como pintar o rompecabezas (depende mucho de la edad, pero siempre que viajo llevo cosas pequeñas que me entren en una mochila y que sé que le encantan). También lo dejo apretar todos los botones posibles y abrir y cerrar la mesita las veces que quiera. ¡Descubrir los rincones del avión los entretiene mucho!

-Llevé cena desde mi casa, algo fácil que se mantenga bien sin refrigerar. Esta vez llevé pasta con queso y una manzana. Esto lo hago porque nunca se sabe a qué hora sirven la comida en el avión, y si los chicos van a querer comer lo que sirven durante el vuelo. Es importante asegurarnos que coman algo nutritivo para que no estén irritados o de mal humor.

-Como me tocó viajar de noche, llevé una pijama en la mochila. Alrededor de las 7pm, cuando lo vi rascarse los ojitos, empecé una rutina similar a la que sigo en casa: le cambié pañales, le puse pijama y le di su leche. Como tiene dos años, se acostó en su propio asiento con las piernas sobre mí.

-Llevé un Tablet con Peppa Pig: mostrarles pantallas antes de dormir es algo que jamás recomendamos hacer en casa, pero volar en un avión es una situación excepcional y la idea era ayudarlo a ir bajando revoluciones. Ayudó mucho que como ya era de noche, apagaron las luces del avión y el ambiente estaba casi oscuro. Además, el ruido de las turbinas del avión funciona como white noise y esto también ayuda a que descansen bien.

-Después de ver 15 min de Peppa, le canté una canción y le hice cariño hasta que se durmió. Otras veces ha sido un poco más difícil, por toda la emoción que implica viajar, y he tenido que cargarlo y mecerlo un poco para ayudarlo a dormir. Esto es algo que no hago en casa, pero tenemos que entender que el avión es una situación distinta y podemos ser mucho más flexibles porque lo más importante es lograr que los chicos descansen.

-Al llegar a Lima, lo pasé dormido al coche (que me entregaron en la puerta del avión) y pedí ayuda a otras personas para cargar todo lo que llevé conmigo (tenía dos mochilas además de tenerlo a él en brazos hasta que me entregaron el coche). Al llegar a casa de mis padres, lo pasé dormido a la cuna.

¿Qué pasa si no logro que duerma en el avión?

No es el fin del mundo. Si bien queremos lograr que los bebés descansen, tenemos que ser flexibles y entender que el avión es un ambiente nuevo y emocionante para los niños, por lo que podrían irse a dormir más tarde que lo habitual. Lo importante es darles la oportunidad, hacer una rutina tranquila y ofrecerles espacio para dormir. Y más importante aún: establecer una rutina durante el viaje que les permita flexibilidad, pero también entender que mientras mejor duerman, más van a disfrutar del paseo (¡ellos y ustedes!).

¿Qué les ha funcionado a ustedes para que sus hijos duerman en los aviones? ¡Nos encantaría saber!